Variaciones sobre las «Reminiscencias» de Paquito Cruz
«Reminiscencias»: el tercer álbum solista del pianista veracruzano.
El arte de la memoria no está muy lejos del arte musical. Y es que la música trabaja con la memoria, durante siglos se trabajaron los sonidos de memoria. A lo que en el arte recuerda a otra obra de arte –ese infinito y estético mecanismo de la recursividad– suele llamársele reminiscencia. Me pregunto, al escuchar el último disco de Paquito Cruz, ¿a qué remiten sus sonidos, qué recuerdos sonoros, sensitivos, evoca el pianista-compositor veracruzano?
El primer corte, «Reinicio», suena con una vitalidad apoyada en un tempo que a ratos se siente nervioso pero que avizora ricos juegos musicales, cambios de tempo, cortes, ansiedad… como la ansiedad que se siente al comenzar algo de nuevo, algo nuevo. La apoteosis de su final gasta energía para volverla a renovar y recomenzar.
A Barcelona, como a las cosas más queridas, se le llama de cariño entre locales «Barna». Paquito Cruz tuvo la fortuna de conocer y estudiar allá, con un profesor de primer nivel que le dejó profundas huellas musicales y pedagógicas: el jazzista Roger Mas. En este segundo corte nos encontramos esa vitalidad renovada a la que dio pauta el primer track. Un verdadero reinicio. Ahora las líneas melódicas del bajo sostienen el renovado imaginario armónico del piano de Paquito. Con evidentes reminiscencias españolas, guiños casi, el piano es enriquecido por la percusión y un bajo que sabe decir sus cosas, sostener la narrativa sonora que se está creando en el momento.
La memoria, las reminiscencias musicales de Paquito en este su último disco tienen un registro amplio, evocan sentimientos. «Sentires» comienza con unos misteriosos clusters que recuerdan a la música que comenzó a hacerse a principios del siglo pasado. La música moderna, la que rompía radicalmente con pautas de la música tonal. Los sentires de Paquito cambian gradualmente de esa oscuridad inicial, inquietantemente evocadora, para dar paso de una manera abierta a otra vitalidad, una titulada con nombre de flor.
La «Flor de mayo» de Paquito comienza con unos arpegios que vuelven a recordar las influencias del flamenco, pero también un fraseo y un plausible interplay con sus colegas Aldemar Valentín y Alex Lozano. El bajo de Valentín solea con una soltura que evoca aquellos primeros experimentos de Camarón de la Isla con el bajo de Carles Benavent. Las varas, los palos, las baquetas a cargo de Lozano, con su estructura para que florezca la belleza, me recuerdan a las guías de la flor de mayo, primaveral conjunto de diminutas orquídeas de temporada.
En «Terra ignota» descubrimos el lado latin del trío. Hay maestría y la energía necesaria para hacernos recordar tríos y solos como los de Michel Camilo. Virtuosismo, interplay gozoso e inventiva rítmica evocarán tierras desconocidas para los más alejados del Caribe, porque para los que estamos cerca de la africanía, de la negritud, de la tercera raíz… es más que nada una terra cognita.
«Reminiscencias», la pieza que da título al álbum, comienza su ejercicio de memoria con evocaciones francesas: sonidos que dieron color y nuevos matices a la música contemporánea. De ese legado armónico, de esa manera de colorear la música, abreva también el estilo compositivo e interpretativo de Paquito. Una pieza a piano solo porque… aunque el acto de recordar puede ser colectivo, fundamentalmente es un ejercicio individual.
En la música hay tonalidades, maneras de ejecutar las frases, recursos técnicos tan expresivos que pueden evocar sentimientos complejos como la ternura. Teorías y explicaciones seguro hay de sobra, pero como lo más importante en la música es escuchar y prestar atención, no tardaremos en darnos cuenta de que «A mis sobrinos» está llena de ternura.
La influencia de Chick Corea, uno de los gigantes del jazz contemporáneo, se hace evidente en la pieza «Armando’s Blues», dedicada al legendario pianista cuyo nombre de pila era Armando. Chick, con su inigualable destreza y creatividad, revolucionó el jazz fusionando estilos que abarcan desde el bebop hasta la música clásica y el flamenco. Su virtuosismo al piano y su capacidad para experimentar con nuevas formas y sonidos han dejado una huella imborrable en la historia del jazz. Paquito Cruz rinde homenaje a este maestro con una composición que captura el espíritu innovador y la energía vibrante de Corea. Los riffs de piano en «Armando’s Blues» resuenan con la misma libertad y exploración que caracterizan la obra de Chick.
En «Miyako» y «Perseverancia» podemos escuchar al jazzista que vuelve a rememorar, a jugar (to play en inglés pareciera no hacer diferencias entre jugar y tocar) con los homenajes. Recordar –es decir: volver a pasar por el corazón– en música es fundamental, no solo por el repositorio enorme que cada músico mantiene en la memoria (cerebral y táctil), sino por el rendir tributo a una tradición (sea un canon o no) a la tradición que a uno lo forma y estructura. En este caso, las únicas dos piezas compuestas por otros autores Paquito las interpreta y recrea alla manera de los jazzmen de altura, es decir: absorbiendo la armonía, recreando la melodía y flexibilizando la rítmica con el sonido propio, con ese sound que es determinante en el mundo del jazz, tal vez lo más importante: el sonido propio, la propia voz musical. Dos referentes: Wyne Shorter –maestro del saxo y las fusiones jazzeras– y Roger Mas –maestro de Paquito durante su estancia en Barna– son los autores de estas dos piezas que revelan parte del legado musical del que Paquito abreva.
Las reminiscencias de Paquito son variadas y nutridas en armonías, ritmos y melodías, pero son más ricas en sentimientos. La evolución de un pianista en su tercer disco solista, después de una larga trayectoria de colaboraciones, que además presenta una obra de buena manufactura, de composiciones propias… merece la atención de los oyentes.
El jazz, como todo arte, requiere de una atención dedicada a los detalles, a la lectura de sus símbolos y arcanos más fundacionales. El tratamiento melódico, el rompecabezas armónico y el ludismo rítmico de un legado rememorado –los standards en el caso del jazz, el repertorio pianístico importante, en el caso de la clásica– siguen su cauce natural al conjugarse con la composición propia. Paquito Cruz sigue ofreciendo una inventiva y una madurez en el sonido, capaz de evocar en su público esas reminiscencias tan necesarias en la música.
Escuchar el álbum en Youtube o en Spotify